En la víspera Día Mundial de la Lengua Materna, locutores y defensores indígenas hablan del trabajo que realizan para fortalecer esta original forma de comunicación porque, afirman, “un pueblo sin lengua es un pueblo muerto”.
“Cuando muere la lengua, las cosas divinas, las estrellas, el sol y la luna, las cosas humanas, los pensamientos y sentimientos ya no se reflejan en este espejo”, dice el poema escrito en español y náhuatl “Cuando muere la lengua” del mexicano. el historiador Manuel. León Portilla.
En vísperas del Día Mundial de la Lengua Materna, que se celebra el 21 de febrero, y en vísperas del Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas -que comenzará este lunes y se prolongará hasta 2032- cobran especial relevancia las palabras de León Portilla.
“La gente sin lengua es gente muerta”, suministros de Lof (comunidad) Newen Map, en la provincia de Neuquén, Mari Picinamen conversación telefónica con Télam.
En el cosmos mapuche, dice Mari, la vida se concibe como “conectada a las energías de la naturaleza”, y por lo tanto su idioma, Mapzungun, “parte del lenguaje de las plantas, ríos, montañas, aguas”.
“Es su lengua la que usamos como seres humanos. Si no tenemos una lengua propia, no nos comunicamos entre los humanos, pero sobre todo no nos podemos comunicar con la naturaleza, con cada uno de esos elementos, lo que significa que hay que mantener una armonía duradera”, explica.
En esta fecha, Télam conversó con Mari Piciñam, Vanessa Barrientos y Verónica Azpiroz Cleñán sobre el trabajo que realizan en sus comunidades para fortalecer y renovar las lenguas de las naciones a las que pertenecen.
Mari Pichiñam tiene ahora 54 años, pero en 1997, cuando tenía 29, Fue una de las impulsoras de la creación del centro de formación Mapuce Norgvbamtuleyiñ (juntos organizamos nuestra formación).
“Todos éramos padres jóvenes que habíamos sufrido un desarraigo cultural desde pequeños, no podíamos hablar nuestro idioma como quisiéramos porque nuestros padres decidieron que aprendiéramos español para que no nos discriminaran más”, dice Mari. sobre ese momento.
Con la misión de salvar el “mapa de identidad” y replantearse su educación, comenzaron su experiencia con sus propias hijas e hijos, unos 35 infantes.
“Participaron muchos de nuestros mayores que nunca abandonaron su idioma y tenían mucho que decir sobre la cultura, la identidad y el saber mapch”, recuerda Piciñam sobre el primer momento del centro, que actualmente abre a las 18:30 horas, y los niños tras su condición. . Día de escuela.
Mari también dice que su pueblo fue uno de los protagonistas de la reforma constitucional de 1994 exigir la educación intercultural bilingüe (EIB), que ha sido reconocida en el artículo 75, inciso 17, como ley.
“Las medidas de fortalecimiento de las lenguas indígenas que son más visibles a nivel nacional son las políticas del BEI que definen el modelo educativo de los pueblos indígenas”.explica Carolina Hecht, Doctora en Antropología de la Facultad de Artes y Letras (UBA) y profesora de “Elementos de Lingüística y Semiótica” en el Departamento de Ciencias Antropológicas de la Universidad.
Sin embargo, el antropólogo lo señala. “No hay un relevamiento oficial de lenguas indígenas” y el estado actual de las cosas se conoce a partir de varias investigaciones.
“En el momento de la conquista de Argentina se hablaban 35 idiomas, pero varios se perdieron. Actualmente hay 14 o 16, la diferencia es que hay dos idiomas, el guaraní correntino y el quichua”. Santiago, que no son necesariamente habladas por la población original – que siguen siendo hablantes. Hay 8 de ellos en proceso de recuperación y 12 extintos”, le dice a Télam.
Para ella, es fundamental que la política lingüística se lleve a cabo a nivel estatal, ya que “el descuido de las actividades atenta contra la viabilidad de las lenguas” y, en este sentido, considera que “el Estado debe asumir la responsabilidad de arrasar la cultura y la lengua”, dejando “la portavoz en situación de desigualdad’.
de El Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) dijo a Télam que en estos momentos están trabajando “en varios temas relacionados con las lenguas de los pueblos indígenas”.
En ese sentido, destacaron la realización de talleres para fortalecer la enseñanza del mapuzungun en la provincia de Río Negro y la elaboración de recomendaciones de atención presencial COVID-19 y materiales de disponibilidad electoral en colaboración con el Centro Universitario de Idiomas.
Además, trabajan con el Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad en “traducciones del protocolo sobre violencia de género en comunidades indígenas” y utilizan el espacio de Radio Nacional “para enviar mensajes a lugares apartados donde no hay Internet”, dijo. .
Verónica Azpiroz Cleñán es una politóloga mapuche que vive en Los Toldos.en la provincia de Buenos Aires, y pertenece a la comunidad rural de Ep Lafken, además de formar parte del Tejido de Profesionales Indígenas.
Verónica también es doctora en Salud Colectiva de la Universidad Nacional de Lanús y trabaja en Formosa con mujeres wichí en un “parto hospitalario con significación cultural y adaptación sociolingüística”.
“Eso quiere decir que los obstetras deben poder aprender el idioma de su paciente o imaginarse un personaje que sea un facilitador, un intérprete bilingüe, para que pueda transmitir lo que siente la paciente si no tiene el mismo idioma. , “Él dice. Télam.
Para Verónica, si bien “se ha avanzado”, es necesario “establecer una política de desarrollo de competencias para aquellos profesionales de la salud que trabajan en un contexto multilingüe o monolingüe, como Chaco, Formosa y Salta, donde la población acude a los centros de atención primaria”. cuidado hablando su idioma ‘.
En la provincia del Chaco, Vanesa Barrientos de la comunidad Qom-Vilela-Guaraní trabaja con un grupo de 15 a 20 mujeres de las comunidades Qom, Mocovi y Wichí en el programa “ESI con Identidad”, que procesa y enseña los contenidos de educación sexual integral (ESI) en lenguas indígenas.
“Usamos los ejes de la ESI y los complementamos con los marcos legales, nuestros lenguajes, nuestros derechos, nuestras historias, nuestros saberes. En ese sentido, uno de los objetivos era no trasladar otra idea patriarcal y colonizadora a nuestra comunidad, porque duele. , “Vanesa le dice a Télam.
El programa fue lanzado por tres talleres organizados en el sitio web de la Subsecretaría de Interculturalidad y Multilingüismo, dirigidos a docentes de todas las escuelas, pero especialmente a aquellos que trabajan en las comunidades.
“Los docentes al principio lo rechazaron, pero después, cuando trabajaron en las dinámicas y vieron que el programa garantizaba derechos a las comunidades indígenas, la respuesta fue sí”, describe la experiencia, diciendo que no llegan a todas las comunidades.
“Vamos a donde vayan los recursos ya las escuelas que nos quieran acoger. Estamos trabajando en un consenso: sabemos que hay resistencias, y tenemos que respetar esos tiempos”, explica.
El trabajo de las mujeres de las tres comunidades “fortaleció los aprendizajes indígenas”.
“Por primera vez hubo mujeres que se levantaron y dijeron ‘esto es lo que queremos’, ‘esto es a lo que queremos ir’, concluye.