“Determinación, dedicación y pasión” son las palabras que utiliza Jonathan Laspina, Vicepresidente y Coordinador de “Integra Sport Mdp”, para explicar la tarea que, junto a Desde 2012, 30 profesores de educación física se desempeñan en la única escuela polideportiva para niños y adolescentes con discapacidad de Mar del Plata.
Este grupo de profesionales desarrolla actividades multideportivas en la sede de la calle Colón y Avenida Champagnat, donde de lunes a viernes Las canchas de baloncesto, hockey, futsal, goalball y la piscina olímpica se llenan de niños que quieren aprender y compartir su deporte favorito.
“Este sueño lo iniciamos hace 10 años y hoy contamos con 180 alumnos de 3 a 21 años con discapacidad mental, síndrome de Down, niños sordos, discapacidad visual y motora”.dijo en una entrevista con Télam Laspina, quien recientemente obtuvo la licenciatura en educación física de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y ahora se prepara para una maestría para mejorar.
“En este espacio cada docente tiene su propio grupo y su propio método de trabajo, así como los niños con discapacidad visual que juegan con pelotas sonoras para guiarlos, los que tienen problemas auditivos con todo lo que es deficiente visual y con todo tipo de didáctica habilidades, estrategias que tienen que ver con la atención y la concentración”, mientras que con las discapacidades motrices “es diferente porque todo deporte debe correrse en sillas de ruedas adecuadas a la disciplina”, dijo.
Quienes asisten a esta ONG tienen actividades todos los días del año -de enero a enero- y pueden asistir a talleres programados en cada disciplina de acuerdo a sus gustos y habilidades.
“Cuando llegas a casa te llevas una enseñanza, una enseñanza que te llena el alma”calculado.
Además de realizar actividades polideportivas en la sede, “organizamos y participamos en muchos eventos como carreras de agua en el mar, que llamamos aguas abiertas, donde se corren carreras de natación a 1500 y 3000 metros”.
Laspina dice que los chicos se entrenan a diario en la sede, pero también tienen talleres de “patinaje, natación, rugby, fútbol sala, baloncesto, atletismo y natación sincronizada, donde hay chicos que se especializan en diferentes disciplinas”.
Este espacio único en Mar del Plata “pretende mejorar los aspectos físicos, sociales, afectivos y mentales de los niños y adolescentes con discapacidad y tratar de contribuir a su formación integral para que puedan desenvolverse con la mayor autonomía posible en la sociedad y así lograr la plena integración social, laboral, educativa y cultural”, enfatizó.
El coordinador de esta área afirmó: “nuestro sueño es tener nuestras propias sillas deportivas complejas y especiales, porque los costos son muy altos y no tenemos los fondos suficientes para cumplir con esta meta”.
Cabe señalar que estos chicos marplatenses estarán próximamente compitiendo en la semana del 19 al 24 de marzo en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) de Buenos Aires en el marco del “Día Internacional del Síndrome de Down” el próximo 21 de marzo. . .
Clara Nievas (21), quien tiene Síndrome de Down, es experta en nado sincronizado y ya ganó varias medallas en carreras en Brasil y Canadá.
Durante la entrevista, ella dijo que estaba compitiendo “Desde que tengo 6 años y es lo que más me gusta, hago muchos amigos practicando el baile del agua”.
Clara también dijo que “le gustaría que todos se animen a hacer deporte porque es divertido y porque se hacen muchos amigos”.
Mientras tanto, Joachim Valentinuzzi, 16 años, discapacitado visual, dijo: “Yo juego al goalball, que es una competencia que se lleva a cabo entre dos equipos de tres personas, donde además de nadar, lanzan la pelota con las manos y marcan goles”.
Valentinuzzi vive en San Cayetano y es entrenado todos los días por su familia.
“Me levanto con muchas ganas porque sé que siempre tengo un reto que cumplir, además de conocer a mis compañeros y mejorar lo que hago con unos profesores que molan”, dijo Joaquín.
En medio de niños corriendo que buscan a sus entrenadores, se escucha a lo lejos: “Profe, ¿hacemos una demostración de prensa hoy?” Todos buscan su equipo y los vestuarios se llenan de repente para ponerse los trajes para tirarse al agua.
“Estoy a cargo de niños sordos e hipoacúsicos, porque la idea es que se diviertan practicando el deporte que más les gusta”.el Señaló Jésica Martí, profesora de educación física y compañera terapéutica.
“Llevo diez años trabajando en eso y siento que los muchachos siempre me dan más de lo que yo doy, esto es un aprendizaje constante que hago desde mi lugar con mucha entrega y compromiso”, dijo Martí.
Otra docente es Jésica Fernández, quien es nadadora y también baila con delfines en el acuario de Mar del Plata.
“Entreno a niñas de 18 a 21 años con Síndrome de Down en natación sincronizada. Antes de comenzar, las preparamos físicamente y les enseñamos a contener la respiración en el agua, coordinar las partes del cuerpo y comenzar rutinas”, explicó.
“Llevo diez años trabajando en ello y cada día me sorprende la fuerza y las ganas que cada uno de mis alumnos pone en la perfección del estilo, la postura y la coordinación de la coreografía”, dijo.
Nicolás Román tiene 17 años y tiene síndrome de Asperger, el año pasado se graduó de bachillerato en el liceo N*12 y en el 2022 planea estudiar programación informática.
“Llevo 9 años jugando al fútbol y nadando. Disfruto lo que hago y les diría a todos que el deporte es una buena oportunidad para descubrir mis habilidades, hacer nuevos amigos y tener una mejor calidad de vida”, dijo.
En el portón del complejo la espera Romina Pérezová, quien espera a su hijo Agustín Mareng (15) con Síndrome de Down, en todas las direcciones”.
“El hecho de que haya logrado sentirse seguro y que ame lo que hace es el logro más importante para nosotros como familia”, dijo mientras su hijo lo besaba a la distancia y levantaba el pulgar de su mano derecha para indicar que todo estaba bien.