Abordar el tema de los cuidados facilitaría la recuperación económica y la integración de las mujeres al trabajo pospandemia, subrayó Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM)Alejandro Mora Mora, en diálogo con Télam.
Con motivo del Día Mundial de la Mujer en América, que se celebra este viernes, Mora Mora mencionó la situación actual de las mujeres en la región, que explicó se ha agravado en los últimos años a raíz de la pandemia.
De acuerdo a Ex Ministra de la Mujer Costarricenseel mayor impacto fue economico -sa mayor inseguridad y más de 10 millones de mujeres que han perdido su trabajo en el continentepero también ha habido un aumento de la violencia de género -no solo física sino también digital- y La salud mental de las mujeres estadounidenses se ha deteriorado.
Sin embargo, enfatizó que se ha avanzado en la participación política, pues hay países en medio de la pandemia que han reformado su legislación para acercarla a la paridad.
Unas acciones afirmativas, que a su juicio deben apoyarse en todos los ámbitos, porque la visibilización de las peculiaridades de las mujeres permite “hacer políticas diferenciadas y llegar de otra manera”.
Para avanzar en esto, En diciembre pasado, la CIM, organismo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), presentó los Diez por un Estado basado en los derechos humanos y el feminismo. Mora Mora reconoció que si bien esto tuvo eco entre las mujeres, no tuvo el impacto esperado en los gobiernos regionales.
Conversacion
– Télam: A pesar de la expansión del movimiento Ni Una Menos y la lucha contra la violencia de género, Estados Unidos es una de las zonas más peligrosas para las mujeres. ¿Por qué persiste este problema?
– Alejandra Mora Mora: Creo que mucho de eso está en nuestra región. Se establece y naturaliza así la desigualdad de poder entre hombres y mujeres, así como la posibilidad de ejercerlo disciplinando a las mujeres para adaptarlas a sus necesidades.. Sin embargo, debemos seguir haciendo mucho de lo que hacemos porque ha evitado que mueran más mujeres. La violencia aumentó mucho, pero muchos pudieron salvar todas las leyes que logramos tener. Pero habrá que trabajar para situar la cultura en esta lógica, en la que la feminidad y nuestro cuerpo valen. Necesitamos restaurar una cultura que tenga más responsabilidad y respeto por los demás. Algo hay que hacer en relación a la hermandad, porque el mundo lo marca absolutamente el individuo y la pandemia también lo ha puesto en evidencia. Me impresiona cuando hay un asesinato de mujeres y escuchan a un vecino y dice ‘sí, lo escuché llorar y escuchó gritos’. La violencia mata y la gente no puede dejar de movilizarse y responsabilizarse por ella. Otra cosa interesante es ayudar a las mujeres con mecanismos que faciliten la denuncia, como procesos de digitalización, porque ya no nos quedan mujeres.
“El cuidado debe dejar de ser un asunto del mundo de la familia y de la mujer y pasar al mundo de lo público y lo colectivo”.
– T: El año 2022 comenzó con 5 millones más de personas en extrema pobreza en la región, un fracaso sin precedentes en dos décadas que afectó principalmente a las mujeres. ¿Es esencial una revisión de los temas de cuidado para lograr el empoderamiento económico de las mujeres?
– AMM: El cuidado debe dejar de ser un asunto de la familia y de la mujer para pasar al mundo de lo público y lo colectivo. El Estado debe actuar como un gran garante del tema del cuidado desde varios ángulos. Debe colocarse como un tema del estado de bienestar: 15 constituciones de nuestros países lo mencionan y debe prestarse atención a su universalización. Algunos países se enfocan en mujeres en extrema pobreza y no toman en cuenta la gran cantidad de mujeres de clase media que no tienen acceso a la atención porque es simplemente costosa. El Estado tendrá que seguir haciéndolo, lo que, además de las mujeres, también tiene sentido para la recuperación económica. Hay que tener en cuenta la corresponsabilidad social, que incluye primero a los hombres, luego al Estado, y otro gran espacio a invitar es el mundo privado. Las empresas deben comprender que las personas que trabajan para ellas tienen la responsabilidad de preocuparse y que deben crear políticas internas. Por ello, el mundo de las colaboraciones público-privadas tendrá que jugar un papel clave en la reconceptualización del cuidado. Resolverlo significa resolver un problema estructural, el nudo gordiano, que permitirá la inserción de la mujer.
“Necesitamos restaurar una cultura que tenga más responsabilidad y respeto por los demás”
– T: Za La victoria de Xiomar Castro en Honduras y el gobierno feminista prometido por Gabriel Boric en Chile, ¿crees que las mujeres empiezan a tener más participación política en América?
– AMM: Creo que la tendencia es ubicar mejor esta reflexión, con todos los movimientos que se han dado. Hay un movimiento feminista global y colectivo que pone de mejor manera la agenda de las mujeres, y además tiene un impacto que va más allá de lo que está pasando dentro del marco institucional. Muchos países han logrado aprobar leyes, como Bolivia o México, otros han fracasado y no hay debate con actores estratégicos como los partidos políticos. Pero cuando tenemos países tan fuertes como Chile, con lo que hace en términos de paridad, nos damos cuenta de que hay una manera de hacerlo, y los votantes reaccionarán. Muchos ejemplos nos permiten decir que está vivo y bien, y tienen el deber de arrastrar al resto y demostrar que funciona, creando otro tipo de imaginación y política. Nuestra idea con la paridad es que tenemos derecho a sentarnos allí, al igual que los hombres. Alcanzar posiciones de decisión significa generar y tirar de esta agenda. Por lo tanto, cuando escuchamos a Xiomar Castro con una agenda para eliminar el patriarcado y el feminicidio, esa es una buena manera, porque la agenda para que las mujeres se coloquen debe ser al más alto nivel. Si no estamos arriba, no podemos.
“Nuestra idea de la paridad es que tenemos derecho a sentarnos ahí como lo hicieron los hombres”.