En marzo de 2015, en una convención radical en Gualeguaychú, se produjo el germen Cambiemos. Seis años después, habiendo llegado y salido de Casa Rosada, Continúa la coalición entre los sectores PRO, UCR, Civil y Peronista, no sin diferencias internas en el camino..
En los últimos meses, la primera división observada fue entre las denominadas águila y paloma. El primero, duro, tuvo un discurso muy conflictivo con el gobierno nacional. Otros, dialógicos, han tendido algunos puentes con el oficialismo y apuestan por la búsqueda de consensos.
Mauricio Macri y Patricia Bullrich Son la principal referencia entre los ruidosos. El exjefe de Estado y presidente del PRO no ha escapado a las críticas a la gestión de Alberto Fernández, han realizado muchas cruces y promovido manifestaciones el año pasado en medio de restricciones por la pandemia.
Ante las elecciones de este año, Macri descartó la posibilidad de convertirse en candidato, dada su preferencia por un cargo ejecutivo sobre uno legislativo. Pero Bullrich no anotó en la carrera y pretende encabezar la lista de diputados por la ciudad de Buenos Aires. Según su visión, deben jugar los dirigentes más competitivos y los que “se atrevan a luchar”, como le dijo al diario, que se puede leer como un ataque a los que aún no se han decidido.
En particular, para María Eugenia Vidal. El exgobernador aún desconoce sus intenciones para este año: podría postularse para diputado por la provincia o ciudad de Buenos Aires o ni siquiera presentarse. Si decide saltarse la ciudad, cualquiera puede adivinar qué pasará con Bullrich, si aprueban la lista o van a las primarias.
Vidal es uno de los máximos exponentes de la paloma e incluso se ha apuntado a las elecciones presidenciales de 2023. Una de las críticas que ha recibido desde el núcleo duro es que tras dejar la gobernación en 2019 pasó por una larga etapa en la que pasó a centrarse en el escena política. Según esta postura, los duros están librando la batalla más importante para mantener unida a la oposición y enfrentar al gobierno durante 2020.
Otra figura central de la paloma, y Juntos por el Cambio en general, es Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de gobierno de Buenos Aires tiene posibilidades de gestión para posicionarse políticamente durante esta etapa, a diferencia de otros líderes. Para sofocar las ambiciones de Bullrich en el área de Buenos Aires, que considera suya, apuesta a que Vidal decida jugar allí.
En ese cargo, tiene una posición ambivalente con respecto al gobierno nacional: sigue las restricciones de cuarentena inicial y busca puntos de acuerdo también con el gobierno de Buenos Aires. Pero al mismo tiempo se distingue cuando considera que tiene que hacerlo, como en la apertura de una tienda, un regreso acelerado a clases o un conflicto de coparticipación.
Argumento sobre quién es “jefe de la oposición” Son más bien teóricos, porque es una figura que no existe en Argentina, a diferencia del sistema parlamentario. Asimismo, Rodríguez Larreta es sin duda uno de los máximos referentes del espacio y con mayores proyecciones para el 2023. La pandemia le da posibilidades además de ampliar su nivel de conocimiento mucho más allá de los límites de la ciudad de Buenos Aires.
Diego Santilli, el subjefe del gobierno porteño, ha subido de perfil, pues aparece como una de las posibles tarjetas de votación para este turno. No para la ciudad, sino para la provincia de Buenos Aires, donde es más difícil encontrar candidatos competitivos. Respaldado por el larretismo, su posible candidatura incluye una gobernación proyectada dentro de dos años y la oposición de algunos de sus propios alcaldes, que niegan que otro Buenos Aires atraviese General Paz. Este es el caso Jorge Macri, que desde Vicente López tienen muchas ganas de llegar a La Plata.
Como una especie de PRO disidente, el tándem se planta en el otro lado Rogelio Frigerio – Emilio Monzo. El exministro del Interior hace campaña en Entre Ríos, donde se postulará a diputado con el apoyo del radicalismo local. Monzó, por su parte, sigue funcionando en la provincia de Buenos Aires. Su fuerte está en el interior de la provincia, es el alcalde de Carlos Tejedor, y ya se pueden ver sus carteles de propaganda con la palabra “diálogo”, por lo que está claro que está más cerca de una paloma que de un águila.
Sus propias entrañas, como no podía ser de otra manera, radical. En este caso, son las encuestas de partido las que hablan, porque en marzo se realizaron elecciones internas en varios distritos importantes. Casi todo el mundo tiene un argumento que celebrar.
línea de Martín Lousteau -Cada vez más cerca de Rodríguez Larreta y Vidal- claramente se forzó en la ciudad de Buenos Aires y muy cerca en la provincia, donde luchó contra el oficialismo. Lousteau, aliado de Gustavo Posse, tiene la intención de rejuvenecer el partido y proporcionar una mayor huella de gestión. No será candidato este año, ya que tiene cuatro años más como senador.
En el presidiario, en cambio, hay una buena parte de la dirección del partido. Incluso Mario Negri, presidente de Interblock en los Diputados, que a la vez tiene que hacerse cargo de una complicada pasantía en Córdoba.
Marcador de posición de Gerardo Morales. Ya fue lanzado desde Jujuy como candidato presidencial en 2023. Consciente de las limitaciones del gobierno provincial, busca estrechar lazos con Alberto Fernández en beneficio de su distrito. También tiene la intención de convertirse en presidente de su partido, que renovó la autoridad este año.
actual presidente del partido, Alfredo Cornejo, manténgase al margen de la pasantía y construya puentes con todos. Estaba cerca de Lousteau y compartió el diagnóstico con Bullrich. Aunque renuente a ocupar un cargo legislativo, logró encontrar un escaño en el Senado para que Mendoza colaborara con la competitividad electoral en la dura provincia.
Mientras tanto, el partido se queda con otra tarjeta para la elección: melena de facundo. El neurocientífico lleva tiempo amenazando con jugar en la provincia de Buenos Aires. Aunque las encuestas arrojan buenos resultados, se desconoce la probabilidad de su desempeño electoral.
Más allá de los dos partidos está la Coalición Civil, un partido con una extraordinaria huella legislativa y figurativa, Elisa Carrio. El cuatro veces candidato presidencial ha dado repetidamente señales contradictorias sobre si será o no el candidato de este año. Ubicado en Exaltación de la Cruz, pudo encontrar un banco en la provincia de Buenos Aires, habiendo sido representante de la ciudad y del Chaco. La realidad es que cada vez está más en sintonía con el grupo de palomas y se siente más cerca de Rodríguez Larreta y Vidal.
Finalmente, Miguel Pichetto participa en la Mesa Nacional Conjunta por el Cambio como referente del peronismo republicano. Fiel al compromiso que asumió al aceptar postulaciones para convertirse en compañero de fórmula de Macri en 2019, se ha mantenido en el espacio y se ha unido a otros peronistas, como Joaquín de la Torre y Juan Carlos Romero.
Más allá de las diferencias internas, hay una cosa en la que todos están de acuerdo: expandir la coalición. La reunión presencial de la semana pasada validó la creencia de que para competir con el Frente de Todos, debemos tratar de hacer que Juntos por el Cambio sea más plural. Y allí las opciones son casi infinitas, desde José Luis Espert y Ricardo López Murphy a Margarita Stolbizer.